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El CAMPAMENTO MESTIZO

                                    — ¡DATE PRISA, MOCOSA!

— Mocosa es tu madre. — Asteria gruñó y empujó a Gus.

— ¡Tenemos la misma madre! — respondió, sin entender a su hermana.

— Ah, así es. — sacudió los hombros asintiendo. — A veces olvido que somos hermanos.

— Lo considero un cumplido.

— ¡Cállate! — y le dió otro golpe en el hombro, ya que no tenía el mejor temperamento.

— Deja en paz a nuestra mocosa, Gus.
— Dijo Clarisse.

La hija mayor de Ares pasó su brazo por los hombros de la menor y la acercó.

— Gracias, Clarisse el día apenas ha comenzado y ya tengo ganas de romperle la espalda a alguien.

— ¡Guau! ¿Tú dejaste que te llamara mocosa y yo no? — El chico de dieciséis años se mostró ofendido.

— Oye, es Clarisse, ella puede hacer cualquier cosa. — Asteria se encogió de hombros, ganándose un desastre en el cabello de su hermana.

Asteria jugueteó con su audífono, tratando de ajustarlo lo más cómodamente posible con los ruidos ambientales.

Los tres seguían a sus otros hermanos hacia el comedor para desayunar.

Ella y sus hermanos eran hijos de Ares, el dios de la guerra relacionado con la brutalidad y el derramamiento de sangre. Ares no era un dios popular entre los griegos y era visto como un dios temperamental, aunque se le consideraba valiente... es decir, Asteria y la mayoría de sus hermanos habían heredado una sed de sangre insaciable, por así decirlo.

Eran conocidos como los matones del Campamento Mestizo y amaban las buenas peleas.

Mientras caminaban, ella miró alrededor de la gran hoguera hacia las doce cabañas en honor a los dioses olímpicos.

La cabaña de Zeus era una gran caja de mármol blanco, con pesadas columnas al frente. Tenía puertas de bronce pulido que, según se mirara, parecían atravesadas por un rayo.

La cabaña de Hera era grande, estaba hecha de mármol blanco y estaba decorada con delicadas columnas rematadas con granadas y flores. Las paredes estaban talladas con dibujos de pavos reales. (Es una cabaña honoraria, porque si Hera no la tuviera se enfadaría, y porque es la diosa del matrimonio, no tiene hijos con humanos, sólo con Zeus, su marido).

La cabaña de Poseidón era larga, baja y sólida. Las paredes exteriores estaban hechas de tosca piedra gris, salpicadas de trozos de conchas y corales.

La cabaña de Deméter estaba hecha de mármol oscuro y marrón, tenía plantas de tomate en las paredes y un techo de hierba auténtica. Árboles con los más variados frutos rodean el chalet, sus ramas entran por las ventanas que casi siempre están abiertas.

La cabaña de Ares era de color rojo brillante, mal pintada, el techo cubierto de alambre de púas y una cabeza de jabalí disecada sobre la puerta central. Espadas y machetes estaban tallados en el mármol oscuro y decoraban las paredes del lugar. Casi siempre se puede escuchar música rock desde el interior de la cabaña.

La cabaña de Atenea estaba hecha de mármol blanco pálido, decorada con gruesas columnas retorcidas en trenzas y varias ramas del enorme olivo que se alzaba al oeste del lugar.
Tenía una luz tenue a cualquier hora del día y sus paredes interiores estaban repletas de libros. Tiene tallado un búho en el frente, con ojos de ónice.

La cabaña de Apolo parecía hecha de oro macizo, había un arco dorado en el frente y el lugar brillaba intensamente durante el día, lo que hacía que te dolieran los ojos. Las paredes estaban talladas con miles de notas musicales, destacando la clave de sol. Hay flores de la isla de Delos, que sólo crecen en este.

La cabaña de Artemis parecía un campamento normal durante el día, pero tenía un brillo plateado en la oscuridad. Imágenes de animales y lanzas adornan las paredes. La cabaña se usó cuando las Cazadoras necesitaban un lugar seguro donde quedarse mientras Artemisa realizaba cacerías peligrosas.

La cabaña de Hefesto era negra y tenía chimeneas en el techo. A menudo se oye el sonido del hierro contra la piedra en el interior. Por fuera parecía tener un solo piso, pero por dentro estaba completamente equipado, con dos pisos y varios túneles, y una enorme fragua.

La cabaña de Afrodita era de color pastel, con cristales colgando de las ventanas. Cerca hay varios parterres de rosas -sin espinas- de los más variados colores, que se arriman a las paredes.

La cabaña de Hermes parecía un campamento viejo y normal, con pintura descascarada y un caduceo (a menudo confundido con el símbolo de la medicina, pero este tiene solo una serpiente y la de Hermes tiene dos) encima de la puerta. Es el más concurrido, porque además de los hijos de Hermes, allí también duermen mestizos indeterminados.

Y por último, la cabaña de Dionisio color vino oscuro, con dibujos de enredaderas por todas partes, tenía un mini congelador con coca cola light, y diferentes tipos de comida, una estatua de mármol de Dionisio con ojos amatistas en medio de esta, (y un lugar para guardar parafernalia de fiesta).

Cuando llegaron al pabellón, casi todas las mesas estaban llenas, a excepción de Zeus, Hera, Poseidón y Artemisa, el resto estaban prácticamente llenas. Ni mencionar la mesa de Hermes, los niños casi se caen de los bancos por la falta de espacio. Mientras miraba la mesa de Afrodita, llamó la atención de su mejor amiga, Leah Tanaka, la hermana menor de Drew. Las dos habían sido mejores amigas desde que tenían uso de razón, al principio Asteria se burlaba de Leah y la chica replicó, ese coraje hizo que la pelirroja se interesara en conocer a la hija de la diosa del amor.

Qué puedo decir, Ares y Afrodita son la combinación perfecta de brutalidad y delicadeza.

Luke Castellan, el consejero de la cabaña de Hermes, entró al pabellón guiando a sus hermanos como un buen líder, el niño saludó a Gus en la mesa de Ares. Desde que se conocieron, Gus y Luke se habían convertido en mejores amigos pero Gustav quería algo más, ocultó a todos la pasión platónica que sentía por el hijo de Hermes, excepto a su hermana. A Asteria no le importaba si a Gus le gustaban las niñas, los niños o incluso los cíclopes ella seguiría amándolo, a pesar de demostrarlo de manera cruda, pero como decía su madre, ese era su "camino".

Luke tenía diecinueve años, alto, delgado y musculoso, con cabello negro oscuro y una larga cicatriz que iba desde el ojo hasta la mandíbula, siendo el mejor espadachín que había tenido el campamento en los últimos 300 años. A Asteria no le había agradado Luke desde que lo conoció por primera vez, de hecho, no le agradaba casi nadie. Pero Asty se juró a sí misma que algún día derrotaría a Luke y estaría en la cima de la cadena alimentaria del campamento...ansiaba la gloria, incluso si eso significaba pasar por encima de los demás.

No fue una sorpresa que su nombre fuera Asteria Glória Keene.

A Asteria le encantaba causar caos, así que tomó un arándano y lo golpeó justo en el medio de la frente de Annabeth, quien le estaba haciendo su típica cara de adolescente enamorada a Luke. La hija de Atenea estaba confundida y miró hacia la mesa de Ares. Asteria frunció los labios y sacudió la cabeza, como si estuviera decepcionada. El amor era una debilidad y si fuera posible huiría de él tanto como pudiera.

— Hermano, parece que tienes competencia. — empujó a Gus y asintió hacia Annabeth.

El niño levantó la vista y captó la mirada apasionada que Annabeth le estaba dando a Luke luego se rió, como si se estuviera burlando de los sentimientos de la niña.

— Hermana, eres mala.

— No soy mala, soy realista incluso parece que Annie tendría una oportunidad. — se burló. — Intenté sacárselo de la cabeza, pero Leah sigue añadiendo más leña al fuego y animándola.

— No la culpes, lleva a las parejas en la sangre. — Respondió Gus, sirviéndose pastel.

Entonces todos los acampados se levantaron y se pusieron en fila para arrojar sus ofrendas al fuego.

Asteria se acercó al fuego y echó pan caliente, arándanos, uvas, tostadas con mermelada y tocino.

— Espero que te guste papá. — murmuró suavemente. — Aunque podrías hacer que suceda algo interesante en el campamento, todo está muy tranquilo...tal vez una pelea entre Ares y Apolo, definitivamente los vencería como el mejor arquero.

Tras fanfarronear, volvió a su mesa y comenzó a devorar toda aquella comida. Por fin estaba entre sus... sus hermanos que comían como animales salvajes.

El Día Transcurrió Normalmente, fue a la clase de artes y oficios y esculpió un busto de hefesto algo deformado, la maestra felicito a asty por capturar perfectamente la esencia del dios. Ella no sabía si sentir alegría o pena por él al final optó por sonreír y no importarle lo que sintiera Hefesto, ya que Ares no era muy cercano al dios del fuego por toda esa confusión que involucra a Afrodita.

Luego fue a jugar voleibol al chalet de Dionísio, Apolo y Ares. La cabaña 5 ganó y esto causó la mayor confusión, ya que la cabaña 7 los acusó de hacer trampa. Asty tenía una hermosa sonrisa en su rostro mientras disfrutaba la conmoción, agradeciendo en silencio al dios de la guerra por el entretenimiento.

Poco después, tuvo que enseñar tiro con arco a campistas sin experiencia ¿dije enseñar? Quiero decir, gritarles hasta que lloraran y aprendieran a apuntar derecho. Y cada vez que practicaban parecían empeorar.

Nadie podía negar que Asteria era una gran guerrera y una arquera aún mejor. Tenía su fiel arco, llamado Harpe, el cual se transformó en tiara y mágicamente apareció en su espalda un carcaj lleno de flechas con plumas rojas, había sido un regalo de Ares por el gran trabajo que estaba realizando en el campamento, lo mejor de todo. era que las flechas eran infinitas y nunca terminaban. Todavía tenía su fiel hacha, Reaper, y le encantaba usarla para luchar contra los hijos de Hermes y cortar leña en el bosque.

Tenía su tiempo libre así que decidió ir a la arena y entrenar un poco. Al llegar allí, vio a Luke entrenando con la espada con sus hermanos. Le hizo tropezar a un niño y lo ayudó a levantarse.

— Entonces, ¿alguien tiene el coraje de enfrentarme? — gritó esperando que alguien diera un paso adelante.

— ¡Yo puedo!

Toda la atención se centró en la niña de doce años, que se acercó con expresión intrépida.

— Hola, Asty. — Luke saludó y se puso en posición de batalla.

Asteria no respondió y presionó el botón de su encendedor dorado, viendo el hacha extenderse en todo su esplendor. El Reaper llenó el cuerpo de todos los que lo miraban con el más puro miedo, incluso Luke se estremeció al ver las espadas de doble filo. Asteria caminó con indiferencia hacia la armería y se puso su armadura, lista para derrotar a Luke de una vez por todas.

— Prepárate, hijo de Hermes, tu reputación se desmoronará en mis manos. — dijo y Luke juró haber visto sus ojos en llamas.

— La última vez arruiné tu reputación y te froté la cara contra el cemento ¿estás seguro de que quieres herir aún más tu ego? — La desafió Luke burlonamente.

— Lo único que saldrá lastimado a partir de aquí es tu cara, Lukey. - gruñó cerrando los ojos.

— Bueno, ya lo has dicho millones de veces... ¿cuándo pasó esto, pelirroja?

— ¡Nunca! — gritó un hijo de Hermes y Asty lo fulminó con la mirada, haciéndolo encogerse en el lugar.

— ¡Cállate! — Charles Beckendorf salió en su defensa, estando en la audiencia con Silena Beauregard.

— No te preocupes por ellos, Asty, tú puedes hacerlo. — La hija de Afrodita sonrió con confianza.

Entonces empezó todo.

Asteria atacó a Luke, pero el chico lo esquivó hábilmente. El niño le dio una patada en la espalda a la niña, haciéndola caer de rodillas al suelo.

Asteria gruñó y se levantó, escapando de un corte en su rostro, pero no se dio cuenta que había dejado su brazo izquierdo vulnerable y recibió un corte en él. Ella gruñó, pero se mantuvo firme y fuerte.

La niña se movió muy rápido y lanzó un golpe, Luke intentó bloquearlo con su espada, pero la hoja del hacha le cortó el antebrazo.

La niña se movió muy rápido y lanzó un golpe, Luke intentó bloquearlo con su espada, pero la hoja del hacha le cortó el antebrazo.

Los campistas aplaudieron, los hijos de Hermes aplaudieron a Luke y Charles y Silena aplaudieron a Asteria. La chica se deslizó por el suelo, usando su altura a su favor, Luke casi no pudo esquivar el golpe en su muslo. La chica tenía una sonrisa engreída en su rostro, lo que hizo que Luke se enojara y Asty captó el brillo maligno en sus ojos negros. La atacó ferozmente, empujándola con cada golpe.

El niño hizo tropezar a la niña, haciéndola gruñir al caer al suelo. Se jactó frente a la audiencia, pero para Asteria, la derrota sólo se considera cuando te rindes. La pelirroja rápidamente se dio vuelta y lanzó una poderosa patada al pecho de Luke, enviándolo a volar y caer al duro suelo. Ella corrió y tomó la espada de su mano, apuntando con la hoja a su garganta.

Luke se rindió y recuperó su espada, teniendo que aguantar la sonrisa engreída en el rostro de la chica.

— Bueno, no estés triste, Lukey, lo hiciste bien. — le dio dos palmaditas en la cara de manera siniestra.

— Has mejorado mucho, Asty. — Elogió Luke.

— No, gracias a ti. — respondió ella y Luke puso los ojos en blanco. - aún más perdedor, tengo que decírselo a mis hermanos y reírme a costa de ellos.

Ella se despidió con la mano y sus dedos revolotearon como las alas de una mariposa.

Después de un día típico en el campamento, asteria se unió a annabeth en la casa grande, la noche estaba lluviosa y con muchos relámpagos y truenos. La chica morena estaba leyendo un libro sentada en el sillón, Asty jugaba al pinacle con Quirón y fue entonces cuando escucharon un golpe en el suelo de madera del porche.

Asteria fue la primera en correr y abrió la puerta. Lo primero que vio fue a Grover tirado en el suelo y luego a un niño tambaleándose hacia ella.

— Mamá...

Fue lo último que dijo antes de que sus rodillas fallaran.

Asteria se alejó y lo dejó caer al suelo, el centauro y la otra chica miraron la escena completamente sorprendidos.

Asteria se acercó al cuerpo del chico rubio y usó la punta de su zapatilla roja para empujarlo, sin recibir reacción alguna, viendo un cuerno de Minotauro en su mano.

— Creo que murió. — dijo la pelirroja.

— No murió, simplemente se desmayó. — corrigió Annabeth.

— Me parece muerto, incluso huele a cadáver.

Annabeth la ignoró y trató de cargar el cuerpo del niño, Asty fue a recoger a Grover y soportó fácilmente el peso del Sátiro.

— Es él, tiene que serlo. — dijo Annabeth.

— Silencio, Annabeth. — dijo Quirón. — Aún está consciente, tráelo adentro.